"(...)El risco más hermoso, el Risco Blanco,
brillaba en el justo momento en que Magec lo tocaba con sus dedos. Su cuerpo
dorado y blanco dominaba todo el paisaje, como si fuera el Señor del Valle.
Separada levemente de los acantilados, la gran ciudad trepaba por sus costados.
Los caminos se engalanaban con vistosos empedrados de todos los colores, que
serpenteando envolvían la inmensa roca. Cientos de escaleras unían los grandes
caserones y las cuevas perforaban el cuerpo del Gigante. El vértigo se apoderaba de los individuos jadeantes que subían por las
empinadas callejuelas empedradas. En lo más alto, la belleza arrogante del
templo, el Gran Almogarén, coronaba la ciudad maldita.
¿Quién hubiese pensado que años más tarde la
Ciudad escondida se convertiría en secreto para siempre? Dicen que Acorán,
celoso de su belleza, sacudió las grandes montañas y las tierras corrieron como
el agua por los barrancos sepultándolo todo. Humiaga desapareció para siempre
como si hubiese sido un sueño(...)"
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